lunes, 29 de agosto de 2011

El subjetivismo cognoscitivo de los sofistas griegos

APUNTES PARA EL BACHILLERATO
EL SUBJETIVISMO COGNOSCITIVO DE LOS SOFISTAS GRIEGOS

 
EL SUBJETIVISMO COGNOSCITIVO DE LOS SOFISTAS GRIEGOS

Las amplias investigaciones etnográficas que habían propiciado los viajes realizados a otras regiones del mundo por geógrafos e historiadores griegos como Hecateo (finales siglo VI a. C. y principios del V) y Heródoto (parte central del siglo V a. C.) pusieron de manifiesto la gran variedad de creencias y costumbres humanas. Estas investigaciones, qué duda cabe, sirvieron a los sofistas para negar la existencia de leyes universales de carácter ético, político y cultural. Por otro lado, las diversas teorías de los naturalistas presocráticos sobre la phýsis fueron en muchos casos abiertamente opuestas y contradictorias entre sí, lo que, en época de los sofistas, puso de manifiesto la rapidez con la que una verdad pretendidamente universal podía llegar a ser sustituida por otra de iguales pretensiones. Entendemos que, entre otras causas, las investigaciones etnológicas y la falta de acuerdo entre los naturalistas presocráticos llevaron a los sofistas a pensar que no había verdades universales, sino tan sólo subjetivas. Creemos que es en esta línea como deben ser interpretados dos de los fragmentos sofísticos más significativos de entre los que se nos han conservado, uno atribuido a Protágoras de Abdera y otro a Gorgias de Leontinos.

Protágoras: el hombre es la medida de todas las cosas.
«El hombre es medida de todas las cosas, de las que son, puesto que son, de las que no son, puesto que no son»; [Platón, Teeteto, 152 a].
Según se desprende de este fragmento, para Protágoras las mismas cosas pueden percibirse desde diferentes perspectivas, todas ellas igualmente verdaderas. Así, por ejemplo, cuando sopla el viento, éste les parecerá frío a unos y cálido a otros. No hay, pues, verdades absolutas, sino tan sólo subjetivas.

Gorgias: nada existe, y si acaso algo existiera, sería incognoscible e incomunicable.
«En el libro titulado Sobre lo que no es o sobre la naturaleza desarrolla [Gorgias] tres argumentos sucesivos. El primero es que nada existe; el segundo, que, aun en el caso de que algo existiera, sería incognoscible para el hombre; y tercero, que, aun cuando fuera congnoscible, no podría ser comunicado ni explicado a otros»; [Sexto Empírico, Contra los matemáticos, VII 65 y ss.].
Con estos tres argumentos Gorgias no desea negar directamente la existencia de las cosas, sino tan sólo la posibilidad de conocerlas y comunicarlas tal cual ellas son. Para el de Leontinos tal y como demostraron con sus constantes polémicas los naturalistas presocráticos el hombre es incapaz de conocer cuál es la realidad en sí de las cosas. Además, aunque algún día lográramos conocerla, difícilmente podríamos comunicarla, pues, para Gorgias, al contrario que para Parménides, el lenguaje el lógos no manifiesta la realidad en sí, sino tan sólo la realidad tal como la percibe cada cual. Así, pues, los planteamientos de Gorgias parecen complementar el subjetivismo cognoscitivo de Protágoras y ampliarlo hacia el escepticismo.

Las letras y la música como fundamentos de la paideía griega. Kýlix del siglo V a. C.

SELECCIÓN DE TEXTOS

(1)
«Tras su coronación, Darío se dirigió a los griegos que estaban presentes y les preguntó por cuánto dinero aceptarían comerse los cadáveres de sus padres. Ellos respondieron que no lo harían por nada del mundo. A continuación, Darío llamó a unos indios llamados calatios que se comen a sus muertos [...] y les preguntó por cuánto dinero aceptarían quemar los cadáveres de sus padres. Éstos, a gritos, le pidieron que no dijera cosas impías. Son costumbres establecidas y creo que Píndaro acertaba al decir que la costumbre reina sobre todos»; [Heródoto, III, 38, 3-4].

(2)

«Sócrates: La verdad es que hay una gran probabilidad de que hayas hecho sobre la ciencia un aserto valioso, aquel que dijera Protágoras. Si bien, esas mismas ideas las expresó de modo algo distinto. En efecto, él afirma, en algún escrito suyo, que "el hombre es medida de todas las cosas, de las que son, puesto que son, de las que no son, puesto que no son". Seguramente lo has leído.
Teeteto: Lo he leído muchas veces.
Sócrates: ¿Quiere decir, en consecuencia, aproximadamente que tal como se me muestra a mí cada cosa, así es para mí; y tal como se te muestra a ti, así es para ti, dado que tú y yo somos hombres? [...] ¿No ocurre, a veces, que a los soplos de un viento, uno de nosotros siente frío y otro no? ¿Y uno moderadamente y otro en grado extremo?
Teeteto: Así es.
Sócrates: ¿Tendremos, en tal caso, que decir que el viento, en ese momento, es en sí frío o que no lo es, o debemos dejarnos convencer por Protágoras de que para el que siente frío es frío, y para el que no lo siente, no lo es?»; [Platón, Teeteto, 152 a-b].

(3)

«En el libro titulado Sobre lo que no es o sobre la naturaleza desarrolla [Gorgias] tres argumentos sucesivos. El primero es que nada existe; el segundo, que, aun en el caso de que algo existiera, sería incognoscible para el hombre; y tercero, que, aun cuando fuera congnoscible, no podría ser comunicado ni explicado a otros»; [Sexto Empírico, Contra los matemáticos, VII 65 y ss.].

Tomás Calvo, De los sofistas a Platón: política y pensamiento, Ediciones Pedagógicas, Madrid, 1995.

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